Reflexiones Personales
Reflexiones personales
(escritas por Rubén de Celis)
Hoy en día vivimos muy rápido la vida y no tenemos tiempo casi ni para nosotros mismos, tenemos nuestro tiempo en un cuentagotas como si tuviésemos miedo a gastar más tiempo de lo necesario. Por eso sentimos un vacío, no tanto moral ( que hoy en día sí lo hay) sino como espiritual. Yo, y como toda mucha gente, me veo atraído por la idea de alguien más perfecto, más bueno, omnipotente y omnipresente, que en un principio fue el creador. Esta idea es compartida por muchos y creída por unos pocos. Yo me decanto por el grupo de los que creen y como creyente, mi fe, a veces flaquea por aquellos (que muchas veces ni siquiera son creyentes) que son tocados por esa Deidad o Majestad ( según lo denominaba Santa Teresa en sus relatos).
Según Santa Teresa ella era llamada por Dios en arrobamientos o éxtasis y todo aquello cuánto le daba su Majestad eran para ella mercedes. No afirmo ni desmiento que esto para mí sea falso, pero en el caso afirmativo, siento envidia de ella por tener estos arrobamientos en numerosas ocasiones, mientras que otras personas buscan esta experiencia durante toda su vida y mueren sin experimentarla. A causa de esto podría llegar a ver a un Dios no tan perfecto ya que se presenta a quien quiere y donde quiere, mientras que otras personas que se sienten solas, desamparadas y vacías velan por algo que les impulse, les de fuerza, les anime y les de impulso a vivir.
Pongamos un ejemplo: ¿ merecería la pena alabar, creer y hasta seguir a un Dios que se muestra a una persona como puede ser Santa Teresa, mientras, otra persona esta en un infierno personal, en el que no encuentra sentido a nada y del cual derivará la extinción de su vida?
Yo creo que no. Y es más, porque aún siendo el creador de todo deja al devenir y a la providencia el futuro de todo lo creado. Talvez sea una idea muy egoísta esto que estoy diciendo y es posible que muestre una idea de aislamiento y solipsismo completo. Pero si lo pensamos bien no es tan descabellado pensar que Dios pasa de nosotros tal y como esta el mundo, también es posible que esta Deidad aún siga durmiendo después de realizar su obra.
También puede ser que Dios nos esté llamando a gritos y que nosotros no lo oigamos, puede ser que Santa teresa de Jesús siempre estuviese dispuesta a escuchar y por ello tuviese tantos encuentros con su Majestad. Esto creo que podría ser hasta cierto punto verdad ya que la poca experiencia espiritual que tenemos, ligada a los frágiles principios que hemos asumido, hacen que estemos en un continuo estado de preocupación y de interés material, ignorando muchas veces lo que Dios tiene que decirnos. Santa Teresa podría ser que no estuviese ligada a esta dinámica y que por ello tuviese estas experiencias místicas, que por otro lado pienso yo, nunca llegó a reflejar en sus escritos por su difícil narración. Ella calificaba con todos los adjetivos posibles esos encuentros con su Majestad, pero que de alguna forma siempre se le quedaban pequeños o cortos.
Yo soy partidario y quiero creer en la idea de que Dios duerme y en que alguna vez despierta y habla para aquellos que estén dispuestos a escucharle plenamente, sin ataduras, sin preocupaciones, sin miedo. Porque es imposible verlo de otra forma si partimos de la idea de un Dios perfecto, bueno y omnipotente. Por eso pienso que si aún no he tenido este tipo de experiencia como Santa Teresa, es porque Él aún duerme o porque todavía yo no estoy preparado para escuchar lo que el tiene que decirme.
De todas formas es normal que no pueda escuchar lo que Él tiene que decirme ya que me muevo y vivo en la sociedad del consumo y del engaño. No puedo salir a la calle y dar dos pasos sin ver como uno de esos principios o creencias es pisado por otra persona, por la sociedad o por mi forma de actuar u obrar. Todos los días al volver a casa y ponerme a cenar, pienso que vivo en Sodoma o Gomorra, y que todo lo que pienso y creo es solo un sueño utópico. Pero al día siguiente me alegra ver que lo que pienso no es del todo correcto. Prefiero pensar que las personas no son del todo malas y que ellas aunque no lo puedan evitar cometen errores, pero al igual que no puedo meter a todas las personas en el saco de lo malo, tampoco puedo meterlas en el saco de lo bueno. Por eso prefiero pensar que las personas son esencialmente buenas y que cometen errores en menor o mayor medida.
De ahí que el cristianismo viva la fe en comunidad; el hombre solo es débil, pero en grupo no lo es tanto. El hombre no pude caminar hacia un sueño utópico el solo, pero puede hacerlo en grupo. Talvez no llegue, pero conseguirá una sociedad mejor que la que tenemos ahora y talvez así podamos escuchar a esa Deidad al igual que Santa Teresa.
Todos querríamos tener esos arrobamientos que narra Santa Teresa, en los cuales quedaba suspendida de miedo, dolor o deseo; y entraba en un estado de satisfacción plena, en la que Dios nos otorga sus mercedes y perdona nuestros pecados. Nos daríamos cuenta que cada uno de nosotros puede ser el más pecador de todos y que nadie esta a salvo del pecado. Sería un confesionario personal para la mejora de nuestro ser. Dejaríamos volar nuestra alma y nos pesaría menos nuestra existencia, porque todos alguna vez nos hemos preguntado para qué el vivir, qué debo hacer, cuál es mi misión...
Por eso tendríamos una existencia plena y no nos preocuparía ni nos daría miedo el después de la vida. Nos dejaríamos llevar por la vida y llegado el momento no nos costaría dejar todo, ya que pensaríamos que cada segundo de nuestra vida ha sido bueno y que llegado ese momento, Él nos llamaría a su lado para continuar nuestra existencia de otra forma.
Seguramente halla personas que piensen todo lo contrario a esto y digan que Dios no existe, pero su conducta se adecua a la de una moral y criterio digno de exposición. Comparten una visión del mundo paralela pero al margen de Dios, ya que no creen en la posibilidad de algo que sea un Todo, Principio y Fin. Pero casualmente creen en el Hombre, que a fin de cuentas es lo mismo, porque ese Dios cree en nosotros y Él nos hizo así, pecadores pero con afán de superación y mejora. Puedo que muchas veces avancemos dando palos de ciego y cometamos atrocidades, incluso puede que nos malogremos con ideas de poder, pero al final siempre queda el arrepentimiento y Él lo sabe.
Según la Biblia Dios nos creó a imagen y semejanza, y por ello es posible que es esté en nuestra mano el decidir a que nos parecemos, la última palabra siempre la tenemos nosotros. Ya sea así, la ultima palabra que tengamos siempre será la correcta, dando así fin a una existencia en la Tierra que será ejemplo para muchos otros. Terminamos una tarea no una vida, terminamos la tarea de dar ejemplo con nuestras acciones que quedarán en el recuerdo de los más allegados y que no se perderán, sino que se perpetuarán en personas acciones o situaciones.
Quiero pensar todo esto que he dicho y que mucha gente pueda acercarse a mi pensamiento. No tengo pruebas de que esto sea cierto, pero seguramente sea mejor pensar esto que no pensar en nada. Nuestras acciones e ideas dicen mucho de nosotros y más aun las ideas. Cuando nos vemos despojado de todo lo único que prevalece son las ideas. Nadie puede despojarnos de nuestras ideas, pero si nos pueden despojar de aquellas “ideas” que parecen serlo. Esas ideas nos son quitadas por la simple razón de que Dios no nos habría creado para albergar ideas que no son acordes a una moral y conducta buenas.
Es posible que a lo largo de nuestra vida nos planteemos la existencia de Dios, pero lo que es indudable es que tenderemos hacia lo bueno, hacía el Bien. Es posible que en el camino halla gente que se desvíe del camino, que vaya haciendo eses o que vaya en dirección contraría. Aún así todos seguimos lo mismo y llegaremos algún día. Allí nos estará esperando Dios con las manos abiertas.
Yo personalmente busco el Bien en las personas y esto lo creo así porque la vez que más cerca me he sentido de Dios, fue cuando fui a la residencia de ancianos de las Hermanitas de los Pobres como voluntario. Allí aprendí a mirar un poco más por los demás y pensé que yo podría estar allí dentro de unos cuantos años. Me vi reflejado en cada uno de los ancianos y ancianas a los que ayudé. Supe que aquello que estaba haciendo por los ancianos ( darles de comer, acostarles, escucharles..) era lo mejor que podía hacer. Lo que estaba realizando era un bien común y además un verdadero bien, porque no solamente lo hice porque pensase que el día de mañana yo también me haría mayor, sino porque me sentía bien por lo que hacía. Aquel día gane más que cualquier otro día, no me refiero a lo material, sino a lo moral y espiritual. Supe que iba por el buen camino si quería llegar al Bien. Por eso digo que talvez algún día esté preparado para escuchar lo que Dios me quiere decir. No sé si lo que sentí puede ser comparable a lo que Santa Teresa experimentó, pero en cierta parte me siento reflejado en ella por esa sensación que intentaba describir cuando Dios le llamaba y que sin embargo nunca terminaba de plasmar con palabras.
Como conclusión me gustaría hacer unas aclaraciones.
En lo referente a Santa Teresa de Jesús, me gustaría comentar que el estilo que utiliza a la hora de narrar estas vivencias, ese estilo en forma de madeja en el cual puede desarrollar varias ideas simultaneas de un punto a otro y que a veces puede ser difícil de entender por su complejidad, es dado por la dificultad de narrar esas experiencias vividas.
Yo, en el caso de que tuviera estas experiencias tan directas con la Divinidad, no sabría cómo narrarlas, ya que muchas veces me cuesta narrar mis propias experiencias personales.
Por último me gustaría aclarar mi posición respecto a la religión: Yo me considero cristiano católico practicante, pero no muy asiduo a la Iglesia. Intento actuar, pensar y decidir acorde a la doctrina de mi religión. Intento seguir mi religión pero muchas veces embisto contra ella, no porque yo quiera, sino porque me siento engañado por lo que creo, sigo y defiendo.
Debo admitir que el principio de mi reflexión no ha sido muy bueno, ya que lo consideraba como una tarea pesada y con poca importancia. Después he ido metiéndome en la dinámica de reflexión poco a poco, alcanzado umbrales que nunca había pasado en mis reflexiones. Me parece que nunca había reflexionado antes hasta este momento y no sobre temas tan trascendentales para mi persona.
En mi opinión he realizado una reflexión mejor de la que esperaba hacer.
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