El Torneo
y los paladines que la gente aclama,
clavando a los potros el duro acicate
salen al palenque por gloria y por fama.
Mustran los escudos la rancia hidalquía;
se quiebran las armas de algún campeón
en la noble lucha gigante y bravía
que tiene suspenso más de un corazón
Aumenta el estruendo la férrea pujanza
y un luchador rueda de un bote de lanza...
Suenan las trompetas; callan los aceros
lucen las divisas sus bellos colores;
termina el combate de los caballeros
y vibran las gestas de los trovadores.
Manuel Guerrero Torres
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